martes, 21 de abril de 2009

CRISIS EN LA PAREJA

Es bien sabido que todas las parejas, aunque tengan una relación muy sólida, son susceptibles de pasar por momentos de crisis. Habrá que afrontarlas y superarlas, ya que forman parte del desarrollo y evolución normal de la relación.
Este tema es un poco delicado y complejo, sobretodo sino se comprende la posición de cada quien dentro del problema presentado y si no hay disposición a salvar el Amor si es que lo hay y existe.
Dentro de la crisis de pareja, hay muchas situaciones que están y se presentan internamente que los familiares, allegados etc., desconocen, por eso lo mas sano es no opinar ni inmiscuirse.
La convivencia es lo mas difícil que hay.

Veamos algunas de las crisis más importantes:
1. Los comienzos

2. Crisis de los primeros años

3. Crisis cuando los hijos llegan

4. Crisis en la mitad de la vida

5. Crisis de la vejez

6. Cómo salir de las crisis


1. Los comienzos:

Cuando una pareja comienza, cada uno trata de conquistar continuamente al otro, se hacen cumplidos, no se exigen, siempre están dispuestos a dar, nace un amor que en principio no necesita esfuerzo, es un amor entusiasmado, es el principio del enamoramiento.

Pero toda pareja tiene que evolucionar y transformar ese amor inicial en un amor maduro y sólido, en caso contrario podría llegar a desaparecer.


2. Crisis de los primeros años:

Esta crisis se produce en el periodo de tiempo en el que se está formando la estabilidad de la pareja y comprende los primeros años de convivencia, donde se tienen que adaptar el uno al otro, cada uno tiene costumbres y hábitos diferentes, se renuncia a un estilo de vida, para comenzar un proyecto de vida en común que parte del amor y de la ilusión.

Es una etapa maravillosa en la que el amor se vive con mucha intensidad, pero no está carente de obstáculos. La convivencia diaria, el día a día, hace desvanecer la idealización que se tiene de la pareja, esto es natural somos diferentes, allí es donde se demuestra el amor por el otro, la tolerancia y capacidad de comprensión, pero eso si, sin dejar de expresar cada uno lo que siente y como se siente en cualquiera de las situaciones que se presente entre ambos, la comunicación es primordial.

Tras la convivencia surge el primer desencanto, nuestra pareja no es tan excepcional como pensábamos. Además, tener que ceder y adaptarse a otras costumbres no es sencillo, se producen cambios a nivel personal y surgen los primeros conflictos que habrá que superar.

Uno de los conflictos más frecuentes que encontramos en esta etapa es, cuando en la pareja uno quiere imponerse al otro, imponer su forma de hacer y de organizar la vida en común, lo normal es que el otro no esté dispuesto a ser sometido, generando los primeros conflictos de adaptación, aquí la tolerancia y la comunicación es de suma importancia, ya que, permite expresarle a la pareja la opinión y así llegar a un acuerdo productivo para ambos y que permita mantener el orden y disciplina del hogar, asumiendo cada quien su error con honestidad y humildad y cambiándolo para lograr el acuerdo.

Encontrar un equilibrio y una buena comunicación es fundamental para salir de esta crisis.


3. Crisis cuando los hijos llegan:

Con la llegada de los hijos aparecen las dificultades en algunas parejas. Sin embargo, en otras el vínculo matrimonial se fortalece, saben adaptarse a los cambios que supone la llegada de un bebé al hogar y disfrutan de cada etapa de la vida de sus hijos. Para evitar conflictos innecesarios en la familia, es fundamental tener una vida familiar organizada que facilite el día a día.

Para que un matrimonio no culpe a sus hijos de la falta de tiempo para estar juntos o para que no estén todo el día discutiendo por las cosas cotidianas que surgen a lo largo del día, como consecuencia de las necesidades y atenciones que hay que dedicarles a los hijos, es necesario que tengan una gran organización en cuanto al horario de sus hijos. Establecer un horario de comidas, ducharse e ir a la cama a una hora determinada, son normas que los padres deben hacer cumplir obligatoriamente.

Por otro lado, además de unas obligaciones en cuanto a los horarios, los padres deben establecer una serie de normas adecuadas para la edad de cada hijo y ser rigurosos en su cumplimiento. Es fundamental que cada uno realice unas determinadas tareas como hacer su cama, ordenar el cuarto, turnos para poner o quitar la mesa, bajar la basura, etc., que sepan que la casa es de todos y que en una familia todos tienen que participar de lo quehaceres cotidianos.

Estas normas facilitan mucho la vida familiar y crean un entorno agradable para todos, permiten que los padres dispongan de un poco de tiempo al día para poder estar solos y conversar.


4. Crisis en la mitad de la vida:

Se hace un balance sobre la propia vida, sobre lo que somos y lo que queríamos ser, se recuerda aquello a lo que se renunció para formar la pareja y en cierta manera se echa de menos aquella etapa en la que no existían ataduras, pueden surgir los reproches y descargar en la pareja el sentimiento de frustración al no conseguir las metas previstas.

Esta crisis surge también en aquellas parejas que se han dejado llevar por la rutina, la convivencia se convierte monótona y el aburrimiento empieza a formar parte de sus vidas.

Esto, junto con el deseo de recuperar una etapa perdida, puede dar lugar a la infidelidad en aquellas parejas que no tienen una relación sólida y en las que no ha existido una lucha por vencer los obstáculos que presenta la vida de pareja, tales como la rutina, cabe destacar que es importante la comunicación, si alguno de la pareja siente o descubre que se ha caído en la rutina, es necesario tome cartas en el asunto y busque la forma de motivar a su pareja a salir de ella o hablarle claro a su pareja de lo que sucede para buscar solución y acuerdo entre los dos, subsanando así la rutina y el aburrimiento, incluso después de mas de 15 años de matrimonio o convivencia no seria malo separarse un tiempo para así extrañarse, desearse, sentirse y fortalecer la relación, esto le dará chispa y emoción, motivará.

La vida de pareja es muy compleja y requiere de un gran esfuerzo y dedicación de parte y parte, y es precisamente en esta etapa cuando más atentos hay que estar con nuestra pareja, demostrarle amor y hacerle sentir feliz es fundamental para superar cualquier crisis.

5. Crisis de la vejez:

Las parejas que han sabido solucionar realmente todos los problemas y las contrariedades que les ha presentado la vida, cuando llegan a esta etapa se unen más estrechamente, se apoyan y ayudan mutuamente, surge un reencuentro entre ellos.

En esta etapa disponen de más tiempo libre, ya no trabajan y los hijos se han ido del hogar, en definitiva tienen una vida menos activa que les permite estar más tiempo juntos.

Sin embargo en parejas que en su trayectoria no han sabido solucionar los conflictos que les ha deparado la vida llegan a la vejez con resentimiento, con la sensación de una vida malgastada.

La jubilación y la salida de los hijos del hogar produce un vacío que puede dar lugar a una crisis en la pareja, se distancian cada vez más y empiezan a ignorarse.

6. Cómo salir de las crisis:

Cuando la relación de pareja entra en crisis, se deben poner todos los medios para salir de ella, hay que identificar el problema y poner soluciones:

1. Evitando todo tipo de reproches y ofensas incluso en las grandes discusiones donde se puede herir aún más por el propio acaloramiento de la discusión y la falta de control.

2. Después de un enfado la reconciliación debe llegar pronto, no hay que tener miedo a las discusiones siempre que no ocurran con demasiada frecuencia y no se falte el respeto en ningún momento.

3. Dialogar, saber decir las cosas, saber callar en determinados momentos y rectificar cuando estamos equivocados, es fundamental para superar cualquier crisis.

4. Aceptar a la pareja tal y como es, sin intentar cambiarla, esto debe cumplirse en ambos, todo debe ser equilibrado, somos humanos y ninguno esta exento de problemas y errores, pero debe haber equilibrio y comprensión equitativa de parte y parte.

5. No te dejes absorber por el trabajo, cuando llegues a casa interesate por el trabajo de tu pareja o por el quehacer diario, aprende a escuchar, conversen, interactúen, intercambien opiniones,

6. Es necesario evitar el aburrimiento. En la vida de pareja tiene que haber proyectos, ilusiones, variedad, sentido del humor, diversión, vida social. La alegría y el buen humor son fundamentales para que a tu pareja le guste estar contigo, ambos deben colaborar para que esto se de, todo en pareja es un 50 y 50, se comparte todo,

El amor no impide las crisis, pero sí puede convertirse en el principal elemento de apoyo, para buscarles una solución.

Del modo en que se superen los problemas dependerá que una pareja, refiriéndose a una etapa conflictiva, hable de una crisis más o la perciba como lo que fue el principio del fin. La manera en que cada miembro de la pareja afronta ese periodo de problemas obedece a factores como la madurez emocional, la habilidad para gestionar los conflictos, la duración de la relación, las redes de que disponga o el momento personal en que se encuentre.


Miedo al cambio:

No hay criterios fijos a los que recurrir para determinar si una relación toca ya su fin. Además, cuanto más duradera haya sido esa unión y cuando la ruptura afecte a más personas -los hijos son el argumento que muchas personas esgrimen para seguir conviviendo, a pesar de la crisis-, más difícil se hará tomar la decisión de romper. Podría decirse que el momento en el que una relación deja de aportar a los miembros de la pareja ese conjunto de elementos que la propició -afectividad y emoción, seguridad, disfrute sexual...-, se alcanza el punto de inflexión en el que se debe producir el cambio. De no ser así podría haber una gran probabilidad de salir de la crisis y debe ser tomado en cuenta todo esto para la unión nuevamente fortalecida y madurada.

Reconocer si se está atravesando una época con dificultades graves o si estamos ante el principio del fin de la relación, desata una tarea ardua para los miembros de la pareja, ya que inmersos en un sinfín de emociones, sentimientos y sensaciones, resulta difícil serenarse lo suficiente para hacer una reflexión tranquila que los conduzca a esclarecer en qué punto de la relación se encuentran.

¿Simple crisis o separación?:

En función del modo en que se afronte una crisis, de cómo se comporten los miembros de la pareja ante esa etapa, la unión saldrá reforzada o será la primera fase del fin. Es decir, ante una fase conflictiva de la pareja la pregunta no es "¿es esto el fin?", sino "¿quiero que sea el fin?, ¿me interesa seguir con el compromiso que supone esta relación?". En definitiva, una mala racha será sólo una crisis si es superada, pero se convertirá en una separación si la unión acaba y si la capacidad de comprender, valorar y tolerar el problema del otro o el problema que causo la crisis según la situación presentada no es aceptada por uno de los miembros de la pareja, bien sea debido al orgullo y a su poca capacidad de perdón o de análisis para comprender y ver la causa real de la crisis.

. La respuesta a algunas preguntas puede darnos pistas que nos ayudarán a tomar una decisión en esa difícil situación: ¿Le amo? ¿Miramos juntos en la misma dirección, tenemos la misma meta? ¿Siento profundo interés por la otra persona? ¿La deseo? ¿Reflexiono y me comprometo para ver qué puedo aportar a la otra persona y a nuestra relación para mejorarla?

En fase de crisis nuestro estado emocional se altera; por ello, debemos tener presente el alcance de las decisiones, sobre todo si se opta por terminar con la relación. No se separan dos personas, sino a veces una familia con hijos, toda una torre de relaciones y amigos, de dependencias económicas, por lo que si la pareja se encuentra con frenos que impiden que la reflexión prospere, es conveniente acudir a un o una especialista en temas de pareja, que desbloquee la situación y habilite espacios para que la reflexión reuna las garantías deseables. Introducirá equilibrio y establecerá un protocolo para ayudar a la pareja a decidir mejor. Toda crisis se da por algo que alguno de los dos motiva a darse sin estar el otro exento de contribuir a la detonación de lo que sucede, hay muchas razones que pueden detonar la crisis, algunas veces desamor, otras cansancio, perdida de individualidad, enfermedades no comprendidas, la situación económica, la rutina, perdida de la confianza, la falta de atención etc. total son muchísimas las causas...


Para fortalecer la pareja:

Debemos utilizar o desarrollar estas habilidades:

  • Aceptar que nuestra vida es enteramente responsabilidad nuestra. No esperemos que el otro miembro de la pareja nos haga feliz. Nuestra felicidad depende, sobre todo, de nosotros mismos. No nos engañemos. Aquí corresponde a los dos darse el espacio que la individualidad exige para que esto se logre, y no se confunda el amor de uno al otro y no se llegue a la sobreprotección del otro, porque con seguridad esto llevaría con el tiempo la relación a una catástrofe, el echo de ser parejas no indica que la individualidad se deba perder.

. Aprender a escuchar. Para ello debemos dejar lo que estamos haciendo, Comprender la necesidad del otro, colocarnos en su lugar para entender cómo se siente.


  • Aprender a dialogar. Nuestra opinión, forma parte de entender la realidad mas no es la verdad absoluta, sino sólo la nuestra. pero es de suma importancia expresar lo que se siente y piensa.


  • Aprender a consensuar. Lo mío y lo tuyo han de ser tenidos en cuenta y debatidos para poder llegar a definir "lo nuestro".

  • Aprender a compartir. Darse el uno al otro: preguntar cómo se encuentra, qué le incomoda, qué quiere y desea, esta atención es indispensable y no nos quita nada mas bien nos nutre y da.

  • Aprender a pedir. Mostrar nuestra vulnerabilidad es la mejor muestra de amor, ya que no se la enseñamos a cualquiera, y la pareja debe comprender y tolerar si fuere el caso.
. Dedicar tiempo específico para la pareja, es demasiado importante para una relación nutrida y bien constituida.


  • Compartir hobbies, tiempos lúdicos, fantasías e ilusiones, al igual que acompañar en los momentos tristes, duros y penosos.


  • Compartir la economía. Forma parte de la relación de pareja.

  • Aprender a utilizar los conflictos y las crisis, para aprender más de nosotros mismos, ver qué necesitamos y cuál es el dolor que suscitamos en nuestra pareja. Que sean trampolín de desarrollo y no de estancamiento que no lleva a ninguna parte. Hablemos cuanto sea necesario, para que el problema no quede enquistado. No hay mayor desastre que el silencio.

  • Mimar con orgullo a la pareja. El sexo, las caricias y el "te quiero" han de decirse, hay que explicitarlos. No valen los sobreentendidos.

Para desdramatizar una separación:

  • Se rompe la pareja, no toda nuestra vida personal.

  • Es un momento para afrontar cambios y riesgos, que nos alteran y convulsionan. Resulta recomendable pedir ayuda a personas competentes (amigas o profesionales), que -de forma incondicional- nos escuchen y acompañen en este trayecto, que puede (o no) ser duro.

  • Es una etapa de la vida que pasará, a la que seguirá otra u otras. No hay que aferrarse al pasado: eso significaría parar nuestra vida, y queda mucha por delante.

  • Como toda pérdida, tendrá sus fases: lloro, desconsuelo, incredulidad de que nos haya podido pasar, furia y rabia, necesidad de buscar culpables... Es normal que nos pase algo de esto, y así debemos asumirlo.

  • No todo es negativo. Podemos reflexionar (sin obsesionarnos) sobre lo perdido. Pero es mejor buscar lo positivo, lo que mejora en nuestra vida con la separación, o si hay posibilidad de recuperar la relación buscar en ambos lo positivo darle fuerza y reflexionar en pareja sobre lo ocurrido, si se aman, necesitan, hay deseo, se sienten bien uno con el otro, entonces no pierdas tiempo, trabaje cada uno su parte y a crecer y fortalecer la unión.

  • Hagamos balance autocrítico: cómo fue la relación, en qué fallamos nosotros... Así aprenderemos y evitaremos cometer esos errores en el futuro.

  • Hay que guardar lo bueno para, apoyándonos en ello, seguir adelante sin ira y cerrar capítulo. Pero sobre todo para poder abrir nuevo capítulo si asi fuera necesario.

PARA RECUPERARSE SE NECESITA MUCHA TOLERANCIA, TIEMPO Y AMOR...



¿ QUÉ ES UNA CRISIS?:

Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.

Crisis significa al mismo tiempo peligro y oportunidad, todo depende del cristal con que se mire y de la madurez con que se enfrente la situación presentada.

TODO EN LA VIDA SE PUEDE ENDERAZAR Y TIENE REMEDIO Y SOLUCION, SOLO BASTA QUERERLO Y DESEARLO Y ASI SE DARA, EL ANALISIS Y CAPACIDAD DE VER MAS ALLA, NO SOLO SUPERFICIALMENTE LA RELACION, ES LO QUE AYUDA A MANTENERLA, APLICANDO EL AMOR Y LA SABIDURIA DEL AMOR.

Converevosabi

MARTHA SANCHEZ






1 comentario:

  1. Una publicacion bastante interesante de todas las etapas criticas de nuestra vida en pareja. Son crisis que nos haran crecer, nos ayudaran a ver que cada etapa tiene su aprendizaje y lo mejor de todo que nos hacemos mas fuertes con estas crisis.. Excelente tema..

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